Ella obedecía cada vez que él hablaba, no se atrevía a evidenciar cualquier intento de descubrir el porqué de aquellas reacciones, su temor y sometimiento era tal que no realizaba ninguna tarea sin pedirle opinión.
El temor a equivocarse se guarecía en su corazón y le hacía presa de caer en la tentación de pensar y actuar por sí misma, sólo conseguía evadirse de aquella desesperanza, cuando soñaba con otra realidad distinta, donde la sensibilidad de aquel ser que tanto amaba se hiciera patente. Pero al despertar de aquella fantasía recogía los restos de aquel sueño y proyectaba su mirada en la cruel realidad.
Atenuada, se hacía el propósito de ser mejor cada día, con la esperanza de conseguir que la empatía hacia su amado diera sus frutos algún día.
En medio de aquel sinuoso camino con el alma despojada de toda esperanza, con un grito agonizante, llamaba a las puertas de la muerte para que la sacara de aquel infierno que era para ella la vida .Entonces escucho la voz de la Diosa que le hablaba desde su interior, ella le dio argumentos para revivir su debilitado corazón, alimentó su autoestima y la vistió de la ilusión suficiente para expulsar toda la ansiedad que sentía, respondiendo positivamente ante la naturaleza de aquel cruel deseo.
Después de un segundo de meditación la joven supo que ya no podían desposeerla de ninguna confortable posesión. Pues ya carecía de la satisfacción que supone vivir en un paraíso. Se sentía despojada de todos los cinco sentidos que puede tener un ser y oculta bajo la sombra de la esclavitud.
Así ahogando sus lágrimas decidió resucitar de las cenizas de aquel calvario, poco a poco como se evaporan las gotas de rocío al alba, despertó al amanecer de un nuevo día. En aquella mísera existencia llena de desdichas que se había incrustado en su mente descubrió la salvación de su alma. Había un bello mundo oculto entre las tinieblas.
Cierto día estoicamente decidió no conformarse con su vida y arrancar un poco de felicidad de aquel universo que le había sido prohibido y dirigiéndose a su maltratador le dijo:
-¿Por qué piensas que estas siempre en el camino correcto?, ¿por qué amas imponiendo amor y obediencia?, ¿por qué no aprendes a compartir y admitir las decisiones de los demás?. ¿Por qué simulas bondad donde hay anulación de libertad?. Y gozas de tu avidez para controlar el mundo a tu capricho. Tu corazón no tiene compasión y utilizas la fuerza ante la debilidad de los demás.
El joven exclamó: -¿Cómo te atreves, a levantarte contra quien te alimenta, te ha dado un lecho donde dormir y se esfuerza cada día en mejorar tu existencia?.
La joven intentó que su amado reflexionara con sus palabras, quería darle otra oportunidad, pero sus convicciones de estar en posesión de la verdad eran demasiado sólidas para que intentará al menos comprenderla. Así pues, con el dolor de su corazón e ignorando los argumentos de aquel ser al que había amado tanto tiempo la joven se fue alejando lentamente. Mientras el joven montaba en cólera al comprobar que la había perdido para siempre.
Ella ya no le necesitaba ahora sabía que podía cuidar de sí misma, porque el mensaje de la Diosa estaría grabado a fuego en su corazón eternamente.
“¡Ponte de pie y hazte valer!, Cuando tengas algo que decir, dilo; cuando estés muy emocionada/o, exprésalo; cuando quieras algo, pídelo; cuando quieras la verdad, dila; cuando desees tener una experiencia, tenla; cuando quieras amor, dalo. Cuando quieras que otras personas crean en ti, cree en ti mismo/a.”
A los hombres y mujeres para que respeten la libertad individual.
Especialmente a esas mujeres que sufren una situación de subordinación para que consigan salir sin tener que pagar con su vida.
Y a esas jóvenes que rechazan la opresión, la discriminación, que deciden por ellas mismas y se fortalecen para conseguir una sociedad en la que reinará la igualdad, la paz, la ecología, el amor y la solidaridad. Nuestro futuro depende de ellas.
“Salud y república”.
El temor a equivocarse se guarecía en su corazón y le hacía presa de caer en la tentación de pensar y actuar por sí misma, sólo conseguía evadirse de aquella desesperanza, cuando soñaba con otra realidad distinta, donde la sensibilidad de aquel ser que tanto amaba se hiciera patente. Pero al despertar de aquella fantasía recogía los restos de aquel sueño y proyectaba su mirada en la cruel realidad.
Atenuada, se hacía el propósito de ser mejor cada día, con la esperanza de conseguir que la empatía hacia su amado diera sus frutos algún día.
En medio de aquel sinuoso camino con el alma despojada de toda esperanza, con un grito agonizante, llamaba a las puertas de la muerte para que la sacara de aquel infierno que era para ella la vida .Entonces escucho la voz de la Diosa que le hablaba desde su interior, ella le dio argumentos para revivir su debilitado corazón, alimentó su autoestima y la vistió de la ilusión suficiente para expulsar toda la ansiedad que sentía, respondiendo positivamente ante la naturaleza de aquel cruel deseo.
Después de un segundo de meditación la joven supo que ya no podían desposeerla de ninguna confortable posesión. Pues ya carecía de la satisfacción que supone vivir en un paraíso. Se sentía despojada de todos los cinco sentidos que puede tener un ser y oculta bajo la sombra de la esclavitud.
Así ahogando sus lágrimas decidió resucitar de las cenizas de aquel calvario, poco a poco como se evaporan las gotas de rocío al alba, despertó al amanecer de un nuevo día. En aquella mísera existencia llena de desdichas que se había incrustado en su mente descubrió la salvación de su alma. Había un bello mundo oculto entre las tinieblas.
Cierto día estoicamente decidió no conformarse con su vida y arrancar un poco de felicidad de aquel universo que le había sido prohibido y dirigiéndose a su maltratador le dijo:
-¿Por qué piensas que estas siempre en el camino correcto?, ¿por qué amas imponiendo amor y obediencia?, ¿por qué no aprendes a compartir y admitir las decisiones de los demás?. ¿Por qué simulas bondad donde hay anulación de libertad?. Y gozas de tu avidez para controlar el mundo a tu capricho. Tu corazón no tiene compasión y utilizas la fuerza ante la debilidad de los demás.
El joven exclamó: -¿Cómo te atreves, a levantarte contra quien te alimenta, te ha dado un lecho donde dormir y se esfuerza cada día en mejorar tu existencia?.
La joven intentó que su amado reflexionara con sus palabras, quería darle otra oportunidad, pero sus convicciones de estar en posesión de la verdad eran demasiado sólidas para que intentará al menos comprenderla. Así pues, con el dolor de su corazón e ignorando los argumentos de aquel ser al que había amado tanto tiempo la joven se fue alejando lentamente. Mientras el joven montaba en cólera al comprobar que la había perdido para siempre.
Ella ya no le necesitaba ahora sabía que podía cuidar de sí misma, porque el mensaje de la Diosa estaría grabado a fuego en su corazón eternamente.
“¡Ponte de pie y hazte valer!, Cuando tengas algo que decir, dilo; cuando estés muy emocionada/o, exprésalo; cuando quieras algo, pídelo; cuando quieras la verdad, dila; cuando desees tener una experiencia, tenla; cuando quieras amor, dalo. Cuando quieras que otras personas crean en ti, cree en ti mismo/a.”
A los hombres y mujeres para que respeten la libertad individual.
Especialmente a esas mujeres que sufren una situación de subordinación para que consigan salir sin tener que pagar con su vida.
Y a esas jóvenes que rechazan la opresión, la discriminación, que deciden por ellas mismas y se fortalecen para conseguir una sociedad en la que reinará la igualdad, la paz, la ecología, el amor y la solidaridad. Nuestro futuro depende de ellas.
“Salud y república”.